Berta: madre de los selenitas

Esto ocurrió en la Grecia antigua hace muchos siglos. En la aldea de pastores de Ouranópolis vivía Berta, una muchacha de 21 años que pertenecía a una familia que sufría una maldición. Durante cuarenta generaciones cada mujer de esta estirpe tenía una única hija y ningún varón. Pero con la peculiaridad de que no tenían leche en sus pechos para alimentar a sus hijas. Así que la madre de Berta no pudo amamantarla, como su abuela no pudo hacerlo a su madre, ni su bisabuela a su abuela; y así durante muchos años. Tenían que recurrir a una nodriza de la aldea para alimentar a sus hijas durante el primer año de vida.
Berta se quedó embarazada y quería darle el pecho a su futura hija. Caminó durante tres días y tres noches hasta llegar al oráculo de Paléfito. La pitia del oráculo le informó que la yaya Panaiwta le podría dar la solución para romper la maldición. Esta yaya vivía en el lago Kerkini y hasta allí fue Berta embarazada de tres meses en un carro de plata que era tirado por dos caballos.
Cuando Panaiwta recibió a Berta ya sabía que iba a llegar y lo que le iba a pedir. La maldición desaparecería si durante un eclipse de luna rociaba con agua del lago Kerkini sus pechos. Y así ocurrió, esa misma noche, el reflejo de la luna en el agua fue desapareciendo conforme se producía el eclipse y Berta mojó sus pechos en el lago oscuro.
Cuando Berta volvió a Ouranópolis todos los aldeanos la esperaban con entusiasmo. Berta dio a luz a un varón. Por primera vez tras 40 mujeres que sólo parían una mujer nació un hombre. A Berta se le llenaron los pechos de leche para amamantar a su hijo, pero esta leche desprendía luz. Parece que la luminosidad ocultada por el eclipse se había traspasado a la leche materna. Berta nombró a su hijo Selas.
Lo que no le contó la yaya Panaiwta a Berta era que cada vez que una mujer de la aldea paría, sus pechos se llenarían de leche luminosa. Se convirtió en costumbre que Berta diera de mamar a los muchachos que iban naciendo en la aldea. Estos niños crecían sanos, muy guapos y terriblemente fuertes. Poco a poco, en la aldea de Ouranopolis, los pastores se fueron convirtiendo en guerreros. Empezaron a enfrentarse a otras polis y siempre vencían. Llegaron hasta vencer a Cártago. Y éste es el origen de los Selenitas, famosos griegos por su belleza y fortaleza.

Ouranopolis= ciudad del cielo
Selas= luz
Selene= diosa de la luna
Palefito= pueblo griego de mi amiga griega Vasiliki. Hijo u hoja vieja significa
Panaiwta= la madre de todos. Como la virgen María o algo así..

Cuento de Navidad: de Egipto a Granada.

Todo empezó entre el 5000 y el 3000 antes de Cristo. El pueblo egipcio comenzó a creer que había que abastecer en el más allá a los seres que morían con alimentos, collares, brazaletes, animales de compañía, etc. En las tumbas incorporaban todo tipo de atributos a los dioses, para que se sintieran poderosos y menos solitarios en el más allá.
Si algo sabemos de la muerte es que nadie ha vuelto de allí para decirnos qué es lo que hay.
La costumbre de regalar a los dioses viene del Antiguo Egipto. Posteriormente los judíos lo acogieron –son unos copiones-. Y llegó un tal Cristo que murió para decirnos que todos estábamos perdonados por nuestros pecados y que cada uno de nosotros era una parte de Dios. Que unos Reyes hacían regalos en un pesebre seguidos por un cometa-estrella hacia el verdadero Mesías.
Luego llegó el Corte Inglés, aprovechó la coyuntura y decidió poner estrellas en sus escaparates para recordar que en nuestro corazón tenemos  alguien a quién regalar -que se sienta inmortal por unos instantes-. Así de fácil. Que nos regalen nos hace sentirnos inmortales –recordados -por unos instantes. Parece que si no te regalan has muerto en el mundo interior de los otros.
Para los que creéis en estas cosas os he hecho un regalo navideño. Un acrílico pintado por Soportándome con reflejos de puesta de sol que se puede ver al salir de Granada hacia Almería.



¡Felices fiestas!

LETRAS EN LA ALMOHADA

            LO PRIMERO que veo al despertarme son unas letras en la funda de la almohada. Forman líneas y líneas de palabras. La tela parece estar compuesta por páginas de libros, unas horizontales otras verticales. Leo al azar “la estructura gramatical”, y por otro lado “operación matemática”. Cuando me dispongo a leer con más calma alguna de las páginas de la funda de la almohada me doy cuenta que las sábanas también están escritas. Tanta tela impresa con la que me he estado rozando toda la noche me causa inquietud. Además esto me suena a que me ha ocurrido en otro momento, como un dejá-vu, pero no me dejo llevar por la sorpresa y continúo investigando. En las sábanas empiezo a leer “sueños húmedos” y corriendo intento leer otra página y el título de otra me atrapa “Bajo tu falda”. Empecé a dejar de interesarme por lo que dice la funda de la almohada, que aburrido, eso deben ser cosas relacionadas con las clases. Sigo leyendo por uno de los dobladillos de la sábana encimera “La mayoría de los jóvenes presentan poluciones nocturnas…” y no se puede seguir leyendo a no ser que rompa el dobladillo. Necesito unas tijeras para cortar el hilo que atrapan las palabras. Miro a ver si hay alguien en casa. Salgo de mi dormitorio; –confirmado- nadie en casa y nadie en las escaleras.
Vuelvo a mi habitación y desde la puerta considero el fenómeno. En la almohada están las páginas aburridas y en las sábanas están escritas las cosas verdaderamente interesantes. Me acerco a leer con más detenimiento. “Cuba consiguió la independencia cuando….” por un lado, “La separación pacífica de Eslovaquia y la República Checa se llevó a cabo en…”; evidentemente en la almohada están los libros de mis asignaturas. Me pregunto si habré sudado todo lo que llevo en mi cabeza. A veces me suda mucho la mente cuando duermo y me despierto con la almohada llena de sudor. Pero creo que es la primera vez que se derraman las letras con el sudor. Espero que no se me olvide todo lo que he aprendido sobre la separación de las células del examen de biología de mañana. A ver, sí, aquí está “Mitosis y meiosis” y también me acuerdo de la lección. Qué alivio, las cosas pueden estar a la vez en mi cabeza y escritas fuera, llegué a pensar que se habían desparramado todos mi conocimientos por la almohada.
Vuelvo a las sábanas y lo primero que me encuentro son una poderosa frase entre exclamaciones “¡Las tetitas de Sandra! “, esto se pone cada vez más interesante. Sobre una arruga recorre casualmente una línea que me dice “Sin más instinto que el que me sale desde tu humedad”. Da la impresión que se hubiese arrugado la sábana a propósito para remarcar esta frase, porque con sólo leerla creo que estoy teniendo una erección. Esto me intriga cada vez más. Estoy dispuesto a deshacer el dobladillo para enterarme de cómo continúa la frase “La mayoría de los jóvenes presentan poluciones nocturnas…”. Busco rápidamente las tijeras.
Vuelvo a tener la experiencia intensa de haber vívido esto con anterioridad. No hago caso y vuelvo a las sabanas. Me siento en la cama y dejo las tijeras justo entre las sábanas y la almohada, enrte la unión de la realidad del bachillerato y la verdad emocional. Porque de lo que sí estoy seguro es que en las sábanas está escrito la verdad, sin lugar a dudas lo más sincero, la verdad de verdad. Porque lo que me pasa con Sandra sí que es auténtico, y no es tan verdad lo de la estructura gramatical. Pues en esta frontera entre lo intelectual de la almohada y el deseo de las sábanas se caen las tijeras abiertas. Una de las puntas en la almohada y la otra en las sábanas. Un hilo sale lentamente de la sabana y otro sale de la funda; los dos exactamente del mismo color. Toco el hilo que sale de la almohada y parece frío, sí, está como congelado. El otro hilo está ardiendo y empiezan a trenzarse ambos. Se están uniendo la sábana y la funda de la almohada, llegando a formar una cuerdecita que poco a poco se convierte en una cinta, y de la cinta se abre un pañuelo en el que se puede leer “Y la alegría empieza a asomar por los pechos de la profesora de Lengua”. No imaginaba que me iba a encontrar a la profesora de Lengua entre mis sábanas. El mundo es un pañuelo.
-Carlos Javier, despierta que ya son las nueve, y vas a llegar tarde a clase. Tienes dos bollos de leche junto al café, a ver si te gustan.
Mi madre me rebana el sueño. Esperaré a que se vaya al trabajo para que no me vea llevar los calzoncillos a la lavadora.

Roberta y Ariel

Nuestra hija Roberta nació bajo el signo acuario y de siempre le gustaron los deportes acuáticos: la natación, el aquagym, aquaerobic, natación sincronizada y saltos de trampolín. Cuando cumplió doce años su madre y yo le compramos un acuario como regalo con todo tipo de peces. El pez barrefondos se murió y su madre le compró otro en un anticuario. Este pez poco a poco fue creciendo demasiado, como si de una mutación genética se tratase; llegó a dimensiones descomunales. No cabía en el acuario y mi hija decidió sacarlo y ponerlo en la bañera de uno de los cuartos de baño de la casa -menos mal que tenemos dos-. Este pez barrefondos era hembra y mi hija le puso de nombre Ariel. Como estos peces se alimentan de restos orgánicos, mi hija la alimentaba con algún resto de sus deposiciones cuando iba al baño a hacer caquita.
Ariel siguió creciendo. Mi hija notaba que se le quedaba pequeña la bañera, que Ariel necesitaba esparcirse y navegar un poco. Y un día se la llevó a clase de natación sincronizada a la piscina del gimnasio y fue todo un éxito de coordinación entre ambas. Tuvimos que comprar pinzas de la nariz para las dos. Una para que a Roberta no le entrara agua por sus fosas nasales mientras estaba boca abajo en al agua y otra a Ariel para que no se asfixiara con el aire cuando sacaba la cabeza de la piscina.
Ayer fuimos a la clasificación para representar a España en la final de Andalucía  de natación sincronizada y quedaron las primeras. Desde este blog mi más sincera enhorabuena a Roberta y Ariel. A ver si las vemos clasificadas para London 2012 (sin atentados).

FUNERAL LILA

Estos son los hechos:
ha sido un verdadero placer contar con vosotros durante estos veinte capítulos.  Muchas gracias a los que me habéis seguido desde el principio. Sorprendido por los que habíes llegado al final y os habéis puesto a leer desde el principio dejándome comentarios en cada entrada. Debido a que he vendido la primera parte de la histoira a Studio Ghibli, he finalizado esta primera temporada con la resolución de los asesinatos, que fue lo que me pidieron. No sé si habrá una segunda temporada y si la comprarán. Pero los personajes siguen vivos, y en plena tensión.
La camarera portorriqueña -personaje inspirado en borrasca-  es una aliada de Iria. Aunque la camarera no tiene poderes sabe de pócimas de brujas, que le enseña la hija del farero, con las que tiene completamente seducido a Martín. Ese aguardiente quemada llevaba más que licor. Ese fue el motivo por el que Martín, policía tan correcto, abandonó a su suerte a Antonia dejándola sola frente a Iria al borde del precipicio en el agujero del Infierno.
Iria puede matar a Antonia, la mujer policía, arrojándola por el burato. Aunque ésta puede sacar su pistola y defenderse. Ahora no tiene la cabeza de ajos que la protejan. La agotó como último cartucho para hacer hablar a Iria ¿Se enfrentará a ella y la detendrá por homicidio involuntario de Xesús? ¿Habrá también sufrido  violaciones Antonia en su infancia y se apiadará de Iria? Por otro lado Paco está deseando justicia por el asesinato de su amante Xesús. Parece que la única que puede acudir en ayuda de Antonia es Sandra, para volverla al mundo real y que cumpla con sus obligaciones.
¿O por el contrario será Antonia una sacerdotirsa con poderes que desconoce, enviada por Ahura Mazda? ¿Será Iria una hechicera de Angra Mainyu y ya sabía que acabaría Antonia en Isla de Ons y por eso empezó a mandarle vampiros? ¿Será esta una lucha entre el bien y el mal de dos mujeres superpoderosas? En esta isla pasan cosas muy extrañas, donde las fuerzas del orden y del caos confluyen.
¿Podrá Patrislova, la prostitua rusa, aportar datos novedosos respecto a los lunares lila? ¿Será otra sacerdotisa de Ahura Mazda y Gaspar, el forense, sin saberlo? ¿Tendrá algo que ver Zaratrustra con la Isla de Ons y con soportándome?
Todo esto se verá si hay una segunda temporada de menudo latazo. Por ahora me apetece sentirme libre y no escirbir bajo presión de ningun contrato. Hace unos años hice un taller en la Universidad para aprender a escribir relatos cortos, y eso es lo que voy a hacer a partir de ahora. Lo que me salga de los tornillos. Unas veces pondré alguno nuevo y otras alguno antiguo.
Os mando muchas flores en este FUNERAL DE LA PRIMERA TEMPORADA  a todos y cada uno de mis queridos lectores.  Seguid viniendo por aquí. Sin vosotros  no hubiese escrito todo esto.

La plantilla y cabecera del este blog han sido diseñados para esta historia por EFTER

20. Burato do inferno.

Bastaron dos llamadas de Martín para que unos buzos encontrasen el barco de Yago hundido con el alijo de cocaína. Bastó una mañana para que Yago confesara lo ocurrido. Y bastaron tres minutos para que nada más llegar de nuevo a isla de Ons Antonia estuviese frente a Iria.
-Tengo preguntas que hacerte ¿Qué es lo de los lunares lila?- Inquirió Antonia.
-Es la marca que se ponen los traficantes directos de Marina. Es una forma de reconocerse- contestó Iria.
-¿Y qué pasó con Xesús el pescador?- quiso saber Antonia.
-Aquí no tengo los poderes suficientes. Vayamos a burato do inferno. Allí podré escuchar sus lamentos y contarte lo ocurrido- respondió la chica de Ons.
Recién llegadas al agujero del infierno Iria le hizo la zancadilla a Antonia y quiso precipitarla por el mismo burato do inferno. Entre la vida y la muerte se encontraba Antonia cuando le estrelló la cabeza de ajos en la frente a Iria. –Habla. Di todo lo que sabes-.
Mientras caían los ajos por el rostro de Iria empezaron a caer lágrimas directamente al agujero del infierno, sin desafiar a la Ley de la Gravedad y relató- desde que murió mi madre cada vez que había una tormenta me iba a dormir con mi padre, el farero de Ons, famoso por sus principios y moralidad. En esa cama ocurrían cosas muy feas, incestuosas . Posteriormente decidí no ir a dormir con mi padre, pero cada vez que había una tormenta mi padre iba a revisar el faro, para que estuviese en perfectas condiciones, y después venía a mi dormitorio. Fruto de estas visitas nació Endriago, mi hijo. Y de nuevo me quedé embarazada. Y me dije ¡Hasta aquí!. Aquella noche oscura y de tempestad confundí a mi padre, que tendría que venir de inspeccionar el faro, con Xesús el camaronero. Tenía todo preparado para aparentar un incidente marino. Matado por un pez espada que le habría atravesado las entrañas. Pero qué grande fue mi error al confundir a Xesus el pescador que venía a pedir ayuda al faro, con mi padre; y le atravesé con un profundo cuchillo para depsúes meterle el apéndice del pez espada. Penetrado hasta la muerte, pensé. Pero mi padre sigue vivo, me seguirá visitando por las noches y Xesús está muerto por mi confusión oscura.
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