19. Tempestad en la mente

- Me pides que te ayude a indagar lo ocurrido entre tantos muertos en el mar. No suelo ayudar a la policía a resolver misterios, pero tú eres probablemente una iniciada que ha sido llamada por el todo. Siéntate, hablemos con calma- le pidió Iria a Antonia.
En ese momento entró un niño pequeño con los mismos ojos verdes que Iria en la habitación. Empezó a curiosear en las botellas que contenían lágrimas, sabía que iban a comenzar a mandarle mensajes a su madre de un momento a otro. El hijo de Iria había sido dotado con los mismos poderes que su madre, pero ésta lo sacó de la habitación y lo puso a jugar aparte.
Ambas mujeres se sentaron una frente a la otra en una especie de consultorio que había diseñado la chica de Ons.
- Pon la cabeza de ajos encima de la mesa- le solicitó Iria y Antonia obedeció. Los verdosos ojos de Iria se quedaron en blanco y comenzó a hablar como poseída por el espíritu de las botellas.
-Esto fue lo que ocurrió. Era una noche de gran oleaje. Los trapicheos los hacían en esta zona para evitar las grandes tormentas de A Coruña, pero a pesar de eso había una espectacular tempestad y la noche era muy oscura. Mauricio Torres traía 500 kilos de cocaína a Marina La Fina, una gran mafiosa distribuidora de esta droga por toda España. Ésta le había preparado billetes colombianos bien sellados en una gran lata. Pero a Mauricio Torres le robó la mercancía Yago, un mercenario oportunista, que tuvo tan mala suerte que esa noche tormentosa perdió su barco y la mercancía entre las grandes olas y a duras penas pudo salvar su vida a nado. Cuando la banda de Marina la Fina se encontró con la de Mauricio la tempestad llegó a las almas de los narcotraficantes. Mauricio al ver que le trían el dinero y no tenía la mercancía, para evitar las represalias y torturas de Marina se suicidó. Pero sus tres tripulantes sí fueron atormentados cruelmente sin éxito para que hablaran sobre dónde estaba la droga. Finalmente los mataron y tiraron sus cuerpos por la borda. – le relató Iria a la mujer policía.
- Pero claro, esto no puedo demostrarlo de ninguna manera; no tengo pruebas- protestó Antonia.
- El barco de Yago con la droga está a dos millas en dirección norte desde este faro. Y a Yago lo podéis encontrar en Portonovo, será fácil hacerle hablar- respondió.
-Mil gracias- se levantó Antonia, cogió su cabeza de ajos y salió corriendo para contárselo todo a Martín.
Cuando Martín escuchó la versión de Iria se quedó pensativo. Y preguntó a Antonia -¿Y qué pasa con Xesús el pescador y el pez espada clavado en su vientre? ¿Y qué se sabe de los lunares de color lila?-
Y Antonia se quedó triste y decepcionada, con la sensación de haber sido engañada, con la impresión de haber sido hipnotizada al desprenderse por un momento de su cabeza de ajos.

18. Por encima de todo



-Hola. Coge mi mano- le pidió Iria, la chica de Ons, a Antonia. Sus manos se unieron y esta última comenzó a sentir un calor agradable en el cuerpo.-Ahora corre conmigo- y empezaron a correr en dirección al acantilado. –Más rápido- miró Iria a Antonia de esa forma en que las miradas trascienden más que las palabras. Y de pronto Antonia observó que se elevaba, que empezaba a volar sobre el acantilado. Se asustó, echó de menos a Sandra, su novia, para que le pusiera los pies en la tierra. Se aferró rígida con su mano izquierda a la cabeza de ajos que llevaba en el bolsillo.-¿Pero tú quién eres?- le preguntó Antonia en pleno vuelo.-Yo soy parte del todo, y tú también eres parte del todo. Hubo un tiempo en que las dos formábamos partes de un todo.- Respondió la chica con poderes.Uno tras otro los pensamientos de incertidumbre que pasaban por la cabeza de Antonia eran de color lila. Entre el ruido del mar, el viento y la confusión mental tartamudeó a Iria -¿Adonde vamos?- -Al faro, a mi casa-
Se posaron suavemente en la tierra cerca del faro y caminaron hasta la habitació0n de Iria. Antonia observó varias botellas con un líquido transparente que dejaba un espacio en el fondo. El líquido luchaba por salir por el tapón desafiando la gravedad.-¿Y estas botellas?- preguntó Antonia desconcertada.-Son parte de mis lágrimas, que cuando lloro suben hacia arriba y aquí tengo encerradas algunas de ellas. Me hablan. Me cuentan cosas sobre los fallecidos en el mar. Por eso viniste a mí. Una parte de ti ya lo sabía y quieres que te ayude en tu investigación policial- dijo con firmeza Iria.
-Puede ser cierto- repsondió la mujer policía- ¿Y qué más cosas te cuentan las botellas?--En realidad- prosiguió Iria- yo pensaba que eran las botellas, pero poco a poco fui descubriendo que puedo volar, que puedo bloquear mentes, como hice contigo en Bueu. Estas cualidades me las ha transmitido el todo.
-¿El todo?- quiso saber Antonia.
-Una vez- contestó- volé hacia arriba, lo más alto que pude y grité “Quién eres” y una rotunda voz me contestó “Yo lo soy todo y tú habitaste en mí".

17. La escapada de Antonia



Nada más bajarse del embarcadero, con un mapa de la Isla preguntó a un isleño cómo localizar a Iria, la hija del farero con poderes o, en su defecto, cómo llegar al faro.Comenzó a caminar deprisa siguiendo la dirección que le acaban de indicar. Pero tenía muchas dudas en la cabeza. No sabía si ir al faro, volver a buscar a Martín que estaba en el bar o antes de nada ir al agujero del infierno.
Continuó caminando asustada y sola hasta que encontró un cartel que indicaba el camino del faro por dos direcciones diferentes.
Tantas dudas comenzaron a convertirse en líquido y de pronto se vio con la emergencia de orinar. Cerca había una pequeña cabaña de madera. Entró, estaba vacía y no tenía suelo, estaba en contacto con la tierra. Por el olor sospechó que alguien más había usado la caseta como W.C. En cuclillas se medio quitó el pantalón y las bragas, y comprobó que su cabeza de ajos seguía en el bolsillo del pantalón; mientras orinaba, comenzó a hacer cábalas con los números de las fechas y las muertes que había leído sobre el navío Santa Isabel que naufragó guiado por el faro de Ons. "En 1921 se estrelló el barco... 213 víctimas, 27 tripulantes y 29 pasajeros.1+9+2+1= 13 (el número del diablo).2+1+3= 6.2+7= 9”
De pronto la cabaña se elevó desprendiéndose del suelo, dejando ante los ojos de Antonia una preciosa vista de flores con el mar al fondo. –Deja de hacer cábalas,- dijo una voz – te estaba esperando-. La voz de Iria sonó como un trueno en el fondo del mar.
Cuadro pintado por Soportándome.

Resumen excepcional


Por petición de algunos despistados; y por un lío en el que me ha metido novicia esta entrada va a ser excepcional.

RESUMEN
Todo lo que ocurre en este blog es ficción.
Esta historia se desarrolla entre agosto y septiembre. Todo ocurrió aproximadamente durante cinco semanas.
Martín, honesto y seductor funcionario de la policía científica estaba de vacaciones en Ibiza y le llamaron para comenzar una Investigación en Galicia relacionada con el narcotráfico. El jefe de la comisaría de A Coruña (Paco) le asignó como ayudante a Antonia, mujer policía lesbiana con un pasado muy particular. Ésta y Sandra -su pareja- se habían conocido a la salida de un bar de lesbianas de Vigo, Plaff. Antonia creía en supersticiones, tenía visiones de DRACULA debido a una epilepsia del lóbulo temporal. Creía que mantenía alejada de ella al Supervampiro gracias a una cabeza de ajos que siempre llevaba consigo. Sandra -la perfección femenina- sabía que Antonia no podía prescindir de la medicación que le ayudaba a no confundir realidad con fantasía, y siempre intentaba ponerle los pies en la tierra .

Habían aparecido cinco muertos en la playa de Portonovo de los que el prestigioso forense Gaspar (casado con una prostituta rusa) hipotetizó lo siguiente: tres de ellos habían sido torturados antes de morir - o muertos por un sacrificio-, otro se había suicidado y el último tenía el apéndice de un pez espada clavado en la barriga tras haber sido acuchillado con un gran y afilado sable. La rusa y el último cadáver tenían una marca en la pantorilla derecha de tres lunares de color lila que formaban un triángulo.

Martín y Antonia ya habían trabajado juntos en algúnos casos, en los que la intuición de la mujer policía les había llevado a resolver los casos satisfactoriamente.

El último cadáver, un guapísimo pescador (Xesús) había sido amante de Paco; de ahí el interés de éste por saber qué había ocurrido.
En el puerto de Bueu apareció una lata gigantesca (menudo latazo) llena de billetes de Colombia. Cuando Martín y Antonia fueron a Bueu a buscar más pistas, una peculiar chica paralizó la mente de la mujer policía. Pero los poderes de la extraña chica, Iria, se enfrentaron con los de Antonia, que se empeñó en seguirla hasta la Isla de Ons. Leer caopítulos 13 y 14.

Allí se encontraban, en Ons. Martín estaba teniendo una aventura sexual con una camarera que acababa de conocer y Antonia había desaparecido...



TAGGING

Este es un juego que me mandan desde el convento, en el que se pueden leer las instrucciones.

. Odio estas cosas, Novicia, pero por ser tan fiel amiga y buena escritora... me someto. Tengo que selecionar siete blogs al azar, según Novicia y comentar siete peculiaridades de mi persona.


De mi persona:


1. Soy hedonista de nacimiento, mi madre me gratificó en exceso, supongo.

2. En comidas y cenas de trabajo hago brindis por el "sexo oral" ante la mirada perpleja de los compañeros. Aunque todos brindan.

3. Me declaro republicano. No soporto que haya personas con privilegios.

4. No veo la televisón. Veo películas y series bajadas del emule y leo periódicos.

5. Escritores que leo: Juan José Millás, García Márquez, Paul Auster, Cortázar, Rosa Montero, Almudena Grandes, Freud, y un largo etc.

6. Adoro la música negra...Jazz, Funky, Swing, Blues, R and B, Gospel... y flamenco.

7. Fumo, bebo y soy apóstata.



Los siete blogs:


Efter-Después de la Tormenta
Jazzmen-Espacios de reflexión
Antonio Alvarez- Pobre hombre de cuyo placer depende el permiso de los otros
Coro- Intermedio literario
Lukas thywalls-!Vamos allá!
Dr Krapp- Suicidas perezosos
Pantagruel-Pantagruelismos

16. La aventura de Martín.



Ella, la camarera sin nombre, apoyó los codos en la barra del bar, dejando a la vista de Martín el canal de sus opulentos pechos, que como guarida tenían un ceñido bikini. Con el dedo índice y pulgar de la mano derecha cogía el largo vaso de chupito del licor afrodisiaco. Su mirada triangulaba entre los ojos y la entrepierna ya erecta del policía.- ¿Quieres otro chupito o te enseño la habitación?- Y comenzó a subir y bajar los dedos alrededor del vasito como si de un miembro masculino se tratara.

- Pues vamos a ver la habitación.- Bastante borrachera llevaba ya Martín, como para tomar otro chupito del viril licor.
Al llegar a la habitación el calor entre ambos comenzó a inundar la habitación.- Si hubieseis llamado antes podría haberos conseguido otra habitación. Lo malo de ésta, la única que queda libre, es que tiene mucha humedad del mar-la camarera tocó la pared con la palma de la mano de arriba abajo mientras se pasaba la lengua por el portorriqueño labio superior de la boca, alertando de la humedad de todos sus labios.

“Yo me voy contigo” pensó Martín.

-Aquí no hay internet,-comentó la portorriqueña- ni cobertura en los móviles. Es como un viaje en el tiempo. A las doce el generador de electricidad deja de funcionar y no habrá luz hasta las 7 de la mañana- Se sentó en una mesa cercana a la ventana con las piernas abiertas. -Aquí tienes algunas velas por si necesitas luz por la noche- de nuevo la camarera tomó uno de los cirios con el dedo pulgar e índice(como si fuera una verga) y miró sin piedad a Martín.El hombre se abalanzó sobre ella.

-Tu electricidad corre por mis venas- le dijo. Le bajó las bragas a pesar de estar sentada y él se bajó los pantalones y la penetró. Se quitó la camisa mientras la embestía con su gran falo mientras ella estaba muy jugosa sentada en la mesa . La camarera sintió un relámpago que le recorrió toda la espalda y se erizó como una chica gato. Después de recibir brutalmente el miembro de Martín, empezaron a besarse; parecía que se conociesen de toda la vida.El reflejo en la pared de ambos cuerpos recordaban a las siluetas de un ángel y un vampiro. En la saliva que intercambiaban había muchos datos de los que se pierden en las investigaciones, o eso pensó Martín. Continuó la sacudida hasta que ambos se vinieron. Cuando Martín soltó la última gota de semen se acordó de Antonia. Aparición cerebral sobre la que estaría muchos años cavilando.
Fotos cedidas por borrasca.

15. Illa de Ons, isla mágica.






Martín iba borracho en el barquito que les llevaba a la Isla de Ons. No sabía si por el oleaje o por toda la parrafada que le estaba soltando Antonia sobre los secretos paranormales que encerraba la Isla.

Escucha esto Martín- decía Antonia entusiasmada-. En invierno sólo viven 10 personas en Ons, y en verano 70 personas. Siempre ha sido una isla incomunicada de la civilización debido al pequeño embarcadero y al gran oleaje del atlántico. En 1950 llegaron a tener hasta 500 habitantes durante el verano. Una de las casas se llama la “casa del médico” aunque nunca han tenido médico en la Isla-que ya es llamativo-; siempre han recurrido para las curaciones a remedios de plantas y conjuros a meigas.

Mira –empezó a reír- cuando una barca salía a la mar y no traía suficiente pescado los aldeanos golpeaban a la embarcación con retama (una planta que espanta el mal de ojo) por no haberles traído suficiente comida. Como cuando un niño muerde el pezón de su madre porque no le da suficiente leche. –De la risa y del viento casi se le caen los papeles que había impreso de Internet el día anterior Antonia... Aunque su rostro empezó a palidecer y ponerse serio-. Mira lo que pone aquí: en 1921 Navegaba el "Santa Isabel" casi a la deriva, tomando como referencia el faro de Ons, la proa se incrustó en una roca, el resultado fue el de 213 víctimas, entre muertos y desaparecidos, salvándose únicamente 27 tripulantes y 29 pasajeros. En esta isla existe el Burato do Inferno (agujero del infierno): es una cueva o furna sobre el océano con el techo abierto desde el que se pueden escuchar los lamentos de las almas de los que sufren tormento en el Fuego Eterno por sus pecados. Los lamentos son audibles en tempestad cuando la mar penetra por esta cavidad. Dicen que un toro de cuernos de oro protege esta entrada al mundo de los muertos. Hay un pequeño cementerio con su ermita donde la última persona enterrada fue en 1970.
Ups -tragó saliva Martín- el año en que yo nací.
Martín, que pensaba qué coño iban a hacer en esa Isla que no tenía ningún hilo de conexión con las muertes de los posibles narcotraficantes, que no podía aguantar más el movimiento del barco y las apasionadas palabras de Antonia; suspiró. Por suerte, cuando Antonia iba a leerle tres páginas de la prensa local sobre la hija del farero, Iria, llegaron al embarcadero de Ons.

A los diez minutos estaba Martín pidiendo un café solo en Casa Checho, uno de los dos locales de la Isla. Una camarera morena con cara de portorriqueña y sonrisa de coral le preguntó si querían habitación para dos. Cuando Martín dijo que sí, giró la cabeza buscando la aprobación de Antonia y se sorprendió al ver que ésta había desaparecido.
-Aquí los hombres no beben café sin aguardiente tostada- guiñó la camarera y le colocó al lado del café un vasito alargado de chupito lleno del viril licor.